Resumen
Este artículo analiza la importancia que han adquirido recientemente los flujos de migración altamente calificada que se dirigen hacia los países desarrollados, esto como resultado de la reconfiguración del nuevo patrón migratorio que surgió tras la crisis de 2008. Se aborda el estudio de caso de Suecia y Dinamarca, por tratarse de economías destacadas a escala mundial por el desarrollo de innovaciones tecnológicas que les han permitido tasas de crecimiento sostenidas en el largo plazo. En la medida en que ambas economías enfrentan dificultades estructurales, como el envejecimiento poblacional y la insuficiente cantidad de jóvenes egresados de sus universidades con los perfiles necesarios para el desarrollo de las nuevas tecnologías, se restringe su oferta laboral. Debido a ello, la migración calificada y los estudiantes internacionales se han convertido en un elemento central para el impulso que requieren dichas políticas, por lo que han llevado a cabo una serie de programas para reclutar y retener a los talentos internacionales, situación que empieza a generalizarse en otros países destino, lo que puede detonar una competencia mundial por los talentos.