Resumen
La mujer rural colombiana es un agente de transformación, debido a que la estabilidad familiar depende de ella. Sin embargo, su enorme contribución ha sido invisibilizada, pues asume una carga excesiva de actividades de cuidado sin remuneración ni reconocimiento, está generalmente expuesta a padecer mayores desigualdades y violencias y su valoración social es menor que la del hombre. El objetivo de este artículo fue exaltar la importancia de empoderar a la mujer rural como gestora en la reconstrucción del tejido social en el campo. Mediante un estudio cualitativo, con entrevistas a profundidad realizadas a cinco mujeres de Boyacá, Caldas, Cauca y Cundinamarca, en torno a las dimensiones del empoderamiento de la mujer, se pudo observar que las participantes tenían un alto nivel de autonomía en las decisiones respecto a la producción agropecuaria, el uso de la tierra, la economía familiar, la salud, la alimentación del hogar y su participación en el desarrollo local. Los resultados muestran la importancia de la mujer rural como gestora para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tiempos de posconflicto.