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Los desaciertos y la incomprensión sobre el desarrollo han llenado de adjetivos a un concepto que para que sea cierto debe ser humano, en armonía con el planeta y con las generaciones de futuro. Es decir, no es posible entender el desarrollo si este no es humano, si no se refiere al mejor estar de la humanidad en la sociedad. Y es imposible hablar de desarrollo sin que tenga una connotación con la responsabilidad presente del equilibrio ecológico del planeta. Sin embargo, el devenir del pensamiento y del concepto ha obligado a que en el intento o la comprensión de su integralidad, el Desarrollo Humano Sostenible (DHS) sea una reivindicación política justa ante la instrumentalización que ha hecho la ciencia económica, la teoría dominante, y sus repercusiones para la humanidad. Por esto se hace necesario poner de manifiesto que aun ante lo redundante de los adjetivos, existe la necesidad histórica de la utilización del concepto DHS. Este artículo tiene entonces por objetivo el dilucidar el concepto de DHS como el resultado de la comprensión integral del desarrollo. Para esto se trabajarán tres partes: En la primera, se contextualizan teóricamente las corrientes de pensamiento que se plantearon el desarrollo como ejercicio académico y político en la segunda mitad del siglo XX. En la segunda, se establecen los encadenamientos que condujeron a las imprecisiones conceptuales del desarrollo después de la Segunda Guerra Mundial. Por último, se realiza una síntesis para enfatizar la importancia del concepto en el momento histórico actual.